Antes de empezar a preparar el pastel sería aconsejable encender el horno ya que éste deberá estar precalentado desde unos 20 minutos antes de introducir el postre. Para empezar a elaborar la receta, mezclar las yemas de los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla homógena. Poner los 250 gramos de chocolate troceado dentro de un recipiente al que se le han añadido 2 cucharadas de agua y cocinar al baño maría hasta disolver el chocolate, sin que el agua llegue a hervir en ningún momento. Luego, añadir las yemas y mezclarlo bien.
Una vez hecho esto, añadir también una parte de la harina, la levadura y el aceite de oliva. Por otro lado, batir las claras de los huevos a punto de nieve e incorporarlas también a la mezcla de las yemas, el azúcar y los demás ingredientes.
Después de mezclar bien, colocar todo el contenido en un molde e introducirlo en el horno que se habrá encendido veinte minutos antes para irlo precalentando. Dejar cocer unos unos 50 minutos, a una temperatura de 120-150, e ir observando el aspecto del pastel para evitar que se queme, ya que de esto dependerá que el interior esté más o menos cremoso. Una vez apagado el horno, dejar enfriar el pastel en el molde, sacarlo… y disfrutarlo.