Empezar precalentando el horno durante unos 10 minutos.
Después de lavar bien bien la rodaja de salmón, exprimir el zumo de medio limón y echarlo por encima de la pieza de pescado para que ésta lo absorba bien. Este es el procedimiento más básico y sencillo de aderezo y adecuado para las personas a quienes no les gustan las especias.
Aderezo (optativo): en un cuenco de mortero añadir un ajo troceado, sal, una pizca de pimienta negra, eneldo y tomillo. Majarlo bien con el mortero y luego añadir una cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra y el zumo de medio limón. Mezclarlo todo bien y echar el aderezo por encima del salmón.
En el horno precalentado, meter el salmón en una bandeja y dejar que se vaya cocinando durante unos 15 minutos a unos 180ºC de temperatura.
Mientras se prepara el salmón, nos ocupamos de preparar la ensalada de acompañamiento compuesta por lechuga romana, 1 tomate cortado a trozos (ó bien 4-5 tomatitos cherry) y algunos trozos de brócoli. Aliñar con la sal, el vinagre y el aceite de oliva virgen extra, en este orden. Es importante aliñar de esta manera porque, si se echa primero el aceite, éste impedirá que el vinagre posterior impregne los alimentos para darles más sabor. Por ello, primero sal, luego vinagre y por último aceite.
Sacar el salmón del horno y emplatar junto a la ensalada de acompañamiento.